El Gran Maestro iba acompañado por un discípulo en una larga travesía... después de varios meses pasan por un lugar donde la miseria de la gente es evidente... los niños mal comidos y mugrosos... la gente de aspecto sucio y desnutrido... y el Gran Maestro le pregunta a una persona del pueblo:
-¿de qué viven en este pueblo?
-pues mire señor, aquí tenemos una vaca y de ella dependemos todos, la ordeñamos, sacamos leche, obtenemos nata, mantequilla y nos la repartimos, y de ahí comemos todos...
Mas tarde el Maestro le dice a su discípulo:
-Ya esta oscureciendo, ve y tira la vaca a un barranco muy profundo...
-Pero Maestro, si es de lo que vive esta gente ¿cómo me pide eso?
-Haz lo que te digo, pues cuando regreses partiremos...
Sin entender nada el discípulo se dispuso a realizar la encomienda de su Maestro, una vez realizada volvío y entonces partieron...
Algun tiempo después el discípulo no aguantando más la duda cuestiona ferozmente a su Maestro:
-No estiendo el por qué le quitamos a esas pobres personas su única fuente de vida... ¿Cómo me pidió eso?
-Ve nuevamente a esa aldea y a tu regreso me contarás que ha sucedido después de nuestra partida.
Así lo hizo el discípulo y al llegar a la aldea encontró todo completamente cambiado... la gente muy limpia y trabajando, se veía mucha actividad por todos lados, los niños muy felices y limpios jugaban en las calles, era impresionante el cambio en el ambiente del lugar...
Extrañadisimo el discípulo pregunta a un aldeano:
-Señor, ¿qué ha pasado aquí, yo vine hace unos meses y la aldea era extremadamente pobre, vivían de una vaca, y ahora todo se ve distinto, qué ha pasado?
-Un día la vaca que nos daba alimentación apareció muerta al fondo de un hondo barranco... los habitantes nos preguntamos ¿y ahora de qué vamos a comer? no quedandonos más opciones para alimentarnos tuvimos que ir a diferentes aldeas vecinas a aprender de que vivían ellos, y así lo que esperabamos que fuera una gran tragedia se volvió una gran oportunidad de mejora para toda la aldea.
Átonito a lo que había encontrado el discípulo volvió con su Maestro...
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¿Cuántas veces por cargar nosostros con esa vaca, por poner un ejemplo, un título universitario, nos negamos a arrojarla a un barranco para arriesgarnos y poner un negocio por nuestra propia cuenta?
Creemos que esa vaca es nuestra única oportunidad en la vida, ya sea en lo laboral, en lo familiar, en cualquier ámbito y seguimos cargándola y cargándola, sin permitirnos arriesgarnos y crecer por intentar algo nuevo y distinto.
Salgamos de nuestra zona de confort, del conformismo, del "no se puede", del "esta muy difícil", del "fracaso", TIREMOS NUESTRA VACA y entonces lograremos cosas que nos parecían muy lejanas.
domingo, 11 de abril de 2010
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1 comentario:
Sinceramente, ¡bravo por tu escrito!. El relato es fascinante ¡y tan, tan aplicable a mi vida ahora mismo!
¡Parece que esta hecho para mi!
Estoy cargando con una vaca muy pesada laboralmente, que me está haciendo mucho daño, tanto a mi misma, como a mi vida familiar. Y si, me he planteado tirarla al barranco, pero lo mismo que se preguntó el discípulo a su maestro, ya también me resisto pensando en el que pasará si dejo esto. Y cada día me cuesta más levantarme para lidiar con este empleo y sus consecuencias.
Creo que tu texto me ha acabado de decidir, voy a tirar a la vaca por el barranco. Aunque quizá preferiría librarme de ella cediéndola a otra aldea, ¡me da pena la pobre, morir así!.
Un beso y gracias!!!
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